IC ha hecho una exposición magistral entre las diferencias del fraude fiscal, blanqueo de dinero y evasión de capitales.
Dentro de los mecanismos de blanqueo, existe uno muy curioso,
perfectamente respaldado por la legislación tributaria, regulado y al
alcance de cualquier contribuyente de a pie.
Se que IC va a escribir largo y tendido sobre el tema, pero me voy a
adelantar con este punto dado que es realmente espinoso dentro de
nuestro sistema tributario. No hace mucho, hablaba de la necesidad de
corregir la distorsión que generan muchos sectores en el IVA. No mencioné los focos de fraude que se originan en muchos de estos sectores pero el mecanismo de blanqueo para los pobres por excelencia es el sistema de tributación por módulos.
Me he tropezado con varios ejemplares que han llevado a la práctica el siguiente sistema de blanqueo de capitales. Alta en cualquier actividad en módulos, como puede ser comercio al por menor, o profesiones más difusas y difíciles de seguir la pista como pequeños trabajos de albañilería. Alta en autónomos, con sus pagos por cotizaciones. Ingresos mensuales en una cuenta corriente por importes entre 30.000 y 40.000 euros. Cierre de la actividad al año y tributación en renta por unos 25.000 euros.
Dichos locales han estado abiertos al público, con todas las de la
ley, pero el propio sistema de tributación les calcula un rendimiento
neto de 25.000 euros (por citar una cifra a tanto alzado sin entrar en
el propio cálculo del módulo) y los susodichos se permiten blanquear
hasta 450.000 euros en un año.
Cuando Hacienda quiere meter mano, ya es tarde por los propios
sistemas de control que tiene la Agencia Tributaria y porque esta
actividad empresarial ha cesado y siquiera hay un rastro documental para
hilar fino en inspección. Aún así, al no existir una obligación formal
en documentación, tampoco se puede demostrar la ilicitud de los fondos
obtenidos con tanta facilidad. Salvo fraudes millonarios en IVA, la AEAT pasa olímpicamente de este tipo de controles.
Mediante estos sistemas de tributación se consigue que beneficios no
declarados de actividades ilegales, familiares de políticos corruptos,
cobros en B de operaciones inmobiliarias y una larga lista de orígenes
de dinero negro, se les cambie el color con el consentimiento expreso de
nuestro sistema tributario.
Por cierto, yo no animo a nadie a que realice este procedimiento ni
acabamos de descubrir la pólvora. Ahí está al alcance de todos y de las
muchas reformas tributarias que se han hecho, la tributación por módulos
se mantiene de manera indefinida y nadie hace nada para cambiarla. ¿Curioso no creeis?
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